Tras un partido amistoso de pretemporada contra Osasuna en Pamplona, la noche del 29 al 30 de agosto de 1949, el autocar que llevaba al equipo de regreso a Valladolid fue arrollado en un paso a nivel de la localidad burgalesa de Villafría. La dirección del cuadro de jugadores recayó en José María Maguregui, quien consiguió mantener el nivel del equipo en la nueva categoría, camiseta de boca acariciando la posibilidad de retornar a las competiciones europeas al ocupar durante muchas jornadas los puestos de cabeza.